Doble Propósito

El Templo Bahá’í encarna dos aspectos esenciales e inseparables de la vida, la oración y el servicio a la humanidad. Promueve la contemplación y la conexión con el ser interior e invita a sus visitantes a inspirarse con nobles principios a fin de contribuir al progreso y bienestar de toda la sociedad.

La Oración

Así como diariamente el cuerpo necesita alimentos para nutrirse y mantenerse saludable, de la misma manera la vida espiritual se fortalece con la oración. La oración establece una conexión entre la persona y Dios. La oración es una conversación con Dios.

Por medio de esta conversación el ser humano se hace consciente de nuestra realidad, lo que nos ayuda y nos provee de una voluntad y comprensión creciente para continuar avanzando, creciendo y participando de la vida. Descubrir nuestra verdadera naturaleza es una invitación a crecer en unidad y avanzar hacia nuevos desafíos de forma continua.

La conversación espiritual esencial del alma con su Creador, íntima y sin intermediarios, ofrece la oportunidad de pedir Su ayuda, reflexionar sobre la vida, buscar guía, o simplemente expresar amor y agradecimiento.

¡Por lo tanto, esforzaos para que vuestras acciones día a día lleguen a ser hermosas oraciones! Volveos hacia Dios, y procurad hacer siempre aquello que es justo y noble.

Escritos bahá’ís

El servicio a la humanidad

Servir es una expresión de amor hacia nuestro Creador. Así como el propósito de una vela es dar luz, el alma fue creada para entregarse en forma generosa a los demás. A través del servicio desinteresado se hace posible nuestro crecimiento personal, y desarrollamos gradualmente la capacidad de contribuir al progreso de la humanidad.

Las capacidades de cada persona logran su más alta expresión cuando se ponen al servicio de la sociedad. Así, el servicio que se hace con desprendimiento, pureza de intención y alegría nos transforma y nos permite estar más conscientes de las fuerzas espirituales que nos rodean. La mejor oración y el mas noble servicio es hacer la voluntad de Dios.

“Todo esfuerzo y dedicación realizados por una persona con todo su corazón, es adoración, si están inspirados en motivos elevados y el deseo de servir a la humanidad.”

Escritos bahá’ís