Oración
Así como el cuerpo necesita nutrirse para su normal desarrollo, la oración provee sustento y salud espiritual. La oración es alimento para el alma, aporta frescor al corazón y lo limpia, purificándolo de apegos egoístas. La conversación de cada alma con su Creador, íntima y sin intermediarios, ofrece la oportunidad de pedir Su ayuda, reflexionar sobre la vida, buscar guía o simplemente expresar amor y agradecimiento.
El impulso de servir a otros brota de manera natural cuando el corazón siente amor. Tal como el propósito de una vela es entregar luz, el alma fue creada para entregarse en forma generosa a los demás. De esta manera, cualquier labor realizada en espíritu de servicio se convierte en una oración. Los templos bahá’ís simbolizan esa unión entre la oración y el servicio, dos aspectos esenciales e inseparables de la vida.